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lunes, 7 de septiembre de 2009

Recuerdan El Almanaque Bristol?

El Bristol Es un almanaque que lleva más de 176 años circulando por el mundo entero. En Republica Dominicana se ha convertido en un símbolo de la sabiduría popular, es consultado por miles de personas sin importar el estrato o las creencias, pues les indica cómo está la luna, les cuenta chistes, les informa el santo de cada día y les aporta datos curiosos que les ayudan a incrementar el nivel de su cultura general.
Usted pensará: “¿Quién es ese señor Bristol?... el de la portada” Charles Bristol fue un médico neuyorkino que ante la necesidad de publicar sus recetas médicas se inventó el recetario Bristol. El librillo fue aumentando su número de páginas poco a poco, pues el doctor le fue incluyendo más información hasta convertirlo en el almanaque que conocemos hoy. Podemos leer esta publicación en español gracias a la distribución de la empresa americana Lanman and Kemp que se encarga de exportarlo cada año al país Según Don Adalberto Sánchez, vendedor tradicional del Bristol, en el librillo se encuentran productos como “el Agua de Florida que sirve para la picadura de insectos o para cuando hace demasiado calor, el famoso "pacholí" que todos hemos percibido alguna vez, el jabón Reuter que se usa para atraer el dinero o el Tricófero de Barry, propio para controlar la caída del cabello, para darle brillo y bonito color”. El almanaque sale a la venta la segunda semana de noviembre de cada año.

Y si no lo compra después no se pregunte por qué tiene el pelo feo, por qué suda tanto o por qué sigue con deudas y sin dinero para pagarlas.

Con 177 años de publicación continua, el almanaque Bristol es el responsable de que a muchos les hayan puesto un nombre del que se agachan cuando lo llaman en las escuelas, universidades, bancos, consultorios médicos y peor, en actos públicos, si usted tuvo la suerte de trascender y no se cambió el nombre antes.

Muchos utilizan “nombres artísticos” para evitarse la “vergüenza pública” de que lo llamen Nazaianceno, Antero, Ticiano, Eleusino, Espelusipo, Meleusipo, Timoteo, Lesmes o Barsen, que son algunas de las maravillas del mes que recién inicia.

Los que nacieron en Febrero, podrían llamarse Meridiana, Anscario, Apolonia, Escolástica, Rogato, Publio, Policarpio, Edelberto, Aparicio, o Abundio.

Si llegó al mundo en Marzo, usted podría ser: Jovino, Ceadio, Perpetua, Olegario, Guadioso, Cayo, Ciriaco, Filemón, Serapión, Catalina, Tutilo, Ruperto, Clímaco o Emeterio, como nuestro amigo Eric Mendoza.

Los nacidos en Abril podrían ser Celso, Prundencio, Urbicio, Celestino, Gualterio, Etanislao, Hermenegildo, Anastasia, Elfego, Cleto, Pascasio, Zita o Catalina, como un buen amigo mío.

En Mayo, entre las prendas que podemos encontrar están: Segismundo, Eleodoro, Bonifacio, Ostense, Nereo, Felicia, Vicente, Beda, o Teodosia, como una de mis compañeras de trabajo.

Si su cumpleaños es en Junio, bien podría ser Simeón, Mariana, Cacacciolo, Saturnina, Walabonso, Siro, Aresios, Críspulo, Eterio, Sancha, Gonzaga, Terencio, Agripina, Antelmo, o Zacarías, como el famoso bachatero.

Si es de Julio, nadie le habría despintado llamarse Realino, Zoa, Goretti, Ediburga, Sinforiano, Verónica, Hermágoras, Epifanía, Silas, Aurea, Justa, Rufina, Cirilo, Niceta, Teodomiro, Nazario, Crisólogo, o Senén.

En Septiembre, están Gedeón, Régulo, Lupo, Calixto, Eufemia, Vetirbo, Regina, Claver, Crisóstomo, Belarmino, Emérita, Constancio, o Wenceslao.

En Octubre nos encontramos con Pelagia, Confesor, Hilarión, Ursula, Melanio, Crispín, Eusebia o simplemente Quintín.

Si nació en Noviembre usted podría ser Corina, Josafat, Estanislao, Serapio, Veranda, Dasio, Clemente, Fermina, Erasmo, Facundo o Basilia, como mi querida suegra.

Llegamos a Diciembre y encontramos a Ponciano, Babas, Leocadia, Ciro, Osmundo, Restituto, Casiano, Eulalia, Melquíades, Confesor, Silo, Canisio, Rainerio o tal vez Evasio.

Estos nombres fueron tomados de la edición de este año del famoso Almanaque Pintoresco Bristol, que a decir de sus editores es “calculado expresamente para los países Hispano-Americanos”. Nadie conoce un gringo llamado Urbicio.

¿Acaso usted conoce alguna estrella de Hollywood que se identifique como Antonia Petronila? Lo dudo, pero tengo un ser muy querido que responde a ese nombre.

Si su nombre aparece en esta lista, no tenemos la intensión de hacerle bajar la cabeza, sino resaltar que fue dichoso de criarse.

Esa guía indispensable en cada hogar era editada por la famosa empresa norteamericana Lanman & Kemp, quien había comprado los derechos a los sucesores del no menos renombrado Dr. Bristol. El consorcio aprovechaba el almanaque para promocionar sus productos entre los que se encontraban el Agua de Florida, el Jabón de Reuters, el Tricófero de Barry y el Aceite de Hígado de Bacalao, todos distribuidos por mi abuelo, quien mediante algún arreglo con los representantes de la empresa, lograba la impresión de sus datos en la contraportada del almanaque: Botica La Capitalina de Emilio Ortega M. San Marcos, Carazo. Fundada en 1919.

El almanaque era la referencia obligada para consultar además de un calendario completo, las fases de la luna con el detalle de los eclipses a ocurrir, las fiestas movibles, el comienzo y fin de cada estación, la posición de los astros en el primer domingo de cada mes, predicción mensual de las mareas y del clima probable, un santoral completo para cada día del año, las fechas de cada signo del zodiaco, un horóscopo condensado, los mejores días para la pesca, datos curiosos que ni Riplay creería, lecturas variadas y un chiste blanco en ocho actos. De esta manera, la gente podía, a la vez que recorría cada día del calendario, ilustrarse con los datos más completos de meteorología, astronomía, astrología y cultura en general.
El almanaque contaba con una pequeña perforación en la parte superior izquierda, de manera que los usuarios pudieran amarrarle un cordelito y colgarlo en un lugar conveniente. Cuando uno visitaba cualquier hogar era común encontrar detrás de la puerta principal, la mayor parte del tiempo abierta, una cruz hecha de palmas benditas del domingo de Ramos y el Almanaque de Bristol colgado a la par.
Era admirable el significado que tenía este pequeño compendio enciclopédico para todo un pueblo, que lo esperaba como agua de mayo y lo utilizaba a diario, siendo en muchos casos la única lectura a su alcance.
los productos Lanman & Kemp, que llegaron a ser el non plus ultra y que mucho tiempo después era sinónimo de calidad. La expresión: Legítimo de Lanman & Kemp llegó a ser utilizada popularmente para afirmar que algo era completamente cierto.
De los productos que fabricaba esa empresa, el más famoso y demandado era el Agua de Florida, que además de ser utilizada como fragancia, era el remedio infaltable para socorrer a las personas desmayadas o “atacadas”, principalmente en los funerales. Los recintos en donde se velaba un difunto emanaban el inconfundible aroma, mezcla de barniz de ataúd, llanto y Agua de Florida. En menor proporción se demandaba el Tricófero de Barry, que tenía en la cubierta del envase un dibujo de una mujer con un cabello exuberante que le cubría casi todo su desnudo cuerpo. Las mujeres que soñaban con tener un cabello hermoso lo usaban regularmente y secretamente uno que otro varón con incipiente alopecia, con la esperanza de mantener su escasa cabellera.
Muchas de las personas de cuarenta y cinco años y más de esa región deben su nombre al amplio catálogo que ofrecía el santoral del Almanaque.


Números de la suerte para cada signo, según el astrólogo oficial del Almanaque Bristol, “el reconocido clarividente y médium Victor Florencio”:

- Aries: 4, 15, 83
- Tauro: 12, 27, 44
- Géminis: 3, 31, 52
- Cáncer: 11, 28, 64
- Leo: 5, 17, 92
- Virgo: 16, 39, 57
- Libra: 22, 45, 71
- Escorpión: 34, 50, 78
- Sagitario: 20, 42, 65
- Capricornio: 11, 37, 90
- Acuario: 6, 14, 88
- Piscis: 2, 49, 83

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