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sábado, 30 de junio de 2007

Ismael en el Barrio



La noche de Ismael Rivera “El Nazareno”


Nadie notó la presencia de este anciano lleno de vida que apareció cuando recién nacía la primera noche del año 2007. Aunque el traje que llevaba podía verse a kilómetros de distancia, porque era de color rosado muy poca gente lo notó a excepción de la señora que vive en la esquina aledaña al colmadón de Juan y Frank Henríquez con el que conversó sobre algunos temas.

Cuando Frank Henríquez cuestionó a muchos de los que disfrutaban de la fiesta del 1ro de diciembre, conmemorativa a la Asociación de Amigos y Vecinos del Ensanche Espaillat, nadie sabia ni mucho menos les interesaba quien era aquel señor extraño vestido de rosado que se encontraba allí bailando hasta los anuncios. Cuando le tocó el turno a Frank Henríquez de preguntarle a la señora vecina del colmadón sobre Quien era ese hombre, la señora muy asombrada me respondió con otra pregunta: que quienes eran un tal “Moronta” y un tal “Niningo” a lo que Frank le contestó que eran unos antiguos amigos del barrio que mucho tiempo atrás se habían ido a los Estados Unidos y no habían vuelto jamás. Le pregunté a la señora que por que me preguntaba por esos amigos a lo que ella respondió que, era porque ese señor me había preguntado por ellos con mucho interés de verlos, porque según ese señor a ellos: “Niningo y Moronta” les gustaba mucho su música, refiriéndose al viejo rosado que no se cansaba de bailar.


Yo no acababa de salir del asombro y la confusión, tratando de conectar a ese señor con Moronta y Niningo que, aparentemente no tenían nada que ver con el pero, pensé que quizás los conocía de antes. Lo que me turbaba todavía era de que el viejo dijera que a ellos (Niningo y Moronta) le gustaba mucho "su música" lo que me hizo pensar que quizás el viejo era coleccionista de música o tenia algo que ver con la farándula.


En esos momentos la atracción de la noche era un "Perico Ripiao" que puso a bailar hasta los cojos, lo que hacia que la gente se fijara mucho menos en el extraño viejo, y en un momento en que el señor no estaba bailando me le acerqué para hablar con el y así matar mi curiosidad. Le comenté mi interés en saber sobre su persona y del interés de saber sobre los antiguos amigos Niningo y Moronta.


Al preguntarle como se llamaba cambió la conversación diciéndome que, aunque nunca conoció en persona a Niningo y a Moronta, los quería mucho porque a ellos les gustaba mucho su música, yo todavía confundido le pregunté que, cual música? a lo que el respondió que era la música de Ismael Rivera, El Nazareno. No creo que ese viejo alegre y vestido de rosado fuera ninguna aparición ni mucho menos una ilusión óptica, porque era real y todo mundo lo vio aunque no le pusiera mucha atención.


Recuerdo que cuando Moronta viajaba a Santo Domingo pasaba todos los días en la casa de Niningo escuchando a Ismael Rivera, música de la que nunca se cansaron de escuchar y la cual los identificaba mucho como “niches” que eran al igual que Maelo Rivera.

Otras cosas que coinciden y hacen de esa noche del primero de enero mas enigmática y misteriosa es que, la última vez que se le vio a al Sonero Mayor encima de una Tarima en Puerto Rico, vestía un traje rosado como el que tenia el viejo de la fiesta del primero de enero.


Algunos piensan que ese era el espíritu de Ismael Rivera que llegó a esa fiesta con la seguridad de que se encontraría con esos viejos amigos, llevándose la sorpresa de no encontrarlos pero también alegrándose de ver al barrio, que vio crecer a esos amigos, unido y hermanado como siempre. Dejemos esta historia como una leyenda que aun no ha empezado a escribirse.

domingo, 3 de junio de 2007

CUANTO GANÉ CUANTO PERDÍ





Al regreso de Santo Domingo con la maleta cargada de libros y nostalgia me encontraba en el pasillo del avión que me conducía a casa. Mientras buscaba el número del asiento donde me correspondía sentarme, escuché que alguien mencionaba mi nombre “Frank”, pensé que, como hay tantos franes estarían llamando a otro y no a mí ya que “frank” es un nombre y un lugar común. Casi todos los “franes” que conocí en Santo Domingo eran electricistas, plomeros, activistas políticos y uno que otro miembro de la famosa “Banda” que formara Balaguer en los años 70, aquel muchacho que de la izquierda pasó a la derecha: “Frank el Loco” que, junto a Tony “el pelú” “Macorís” y otros fueron la amalgama del abuso y genocidio encarnado en la figura del Dr. Joaquín Balaguer (muñequito de papel). En resumen, Frank es un nombre común, es realmente el apodo a mi nombre: Francisco, pero los bien allegados a mi me llaman Frank.





Seguí escuchando el llamado a ese Frank que ya se disponía a sentarse para esperar el despegue del avión, entonces fue cuando divise a Miguel, lo reconocí inmediatamente porque aunque ha cambiado un poco se sigue pareciendo a el mismo. Miguel Oscar de La Mota y yo nos conocimos a mediados de los años 70 cuando éramos Boys Scout of América, ahora somos Mens Scouts of América. El me comentó que se había enterado de mi participación en la Feria del Libro de Santo Domingo y trató de localizarme pero no pudo y, lo menos que había previsto o imaginado era que me encontraría en el avión donde ambos viajábamos al mismo sitio y la misma ciudad. Así es la vida. Esa experiencia me puso a reflexionar y pensar en muchas cosas, la vejez, la amistad, etc. Como había o han pasado los años sin que al mismo tiempo pasaran.





En aquellos momentos éramos Boysscouts, Juan García, Felix García, Raúl Sully, Aramis Acevedo, Mario Olivero, Rudy Antonio Cevallos y otros etcéteras. Había perdido contacto con casi todos los integrantes de esos grupos de exploradores con la excepción de los hermanos García y Rudy, luego me encontré después de mucho tiempo en USA a Aramis Acevedo y luego a Mario. Medité sobre los temas de la vejez y la amistad y vino a mi mente la canción de Pablo Milanes, “Cuanto gané cuanto perdí”.





Creo que, aunque aquellos tiempos de los 12 años de Balaguer fueron duros e inesperanzados la inocencia y la aventura nos hacían sublimar la realidad de entonces. Jugábamos pelota, nos íbamos de viaje a Barahona, San Cristóbal o San Francisco y disfrutábamos de nuestro propio universo. Cuanto Gané? Gané la experiencia de conocer la amistad y la aventura, de aprender que se puede conocer el universo sin ni siquiera montarse en una nave espacial, a través de la competencia entre amigos, el deporte de la natación y la buena acción hacia nuestros semejantes. Gané esa amistad que cultivamos en tiempos difíciles y que ahora en estos tiempos que no son fácil esa amistad perdura auque estemos viejos.
Cuanto Perdí? Perdí ese pasado que ya no volverá por más que lo imaginemos. Perdí a grandes amigos como al que era nuestro jefe de grupo, Rafael Nina y también a nuestro gran amigo y hermano Rafael Lantigua.




Cuánto Gané, Cuanto Perdí

Dónde estarán los amigos de ayer
La novia fiel que siempre dije amar.
Dónde andarán mi casa y su lugar
Mi carro de jugar, mi calle de correr.
Dónde andarán la prima que me amó


El rincón que escondió, mis secretos de ayer.

Cuánto gané, cuánto perdí,
Cuánto de niño pedí,
Cuánto de grande logré
Qué es lo que me ha hecho feliz
Qué cosa me ha de doler.

Si era vivir la infancia
Con el ansia de todo saber
Pues el saberlo todo y con nostalgia
Ver lo que se fue.

Dónde estarán, a un lado de mi piel
Los guardo bien y a veces brotarán
Y endulzaran un brusco acontecer
Llenándome de miel que muchos libarán.
Me lanzarán al viento
Y a mi tiempo me retornarán
Vendré feliz y fresco
Para siempre sé donde estarán.
® Canción de Palbo Milanés