La noche del sabado pasado murió trájicamente nuestro sobrino y hermano, René, hijo de Milagros Henriquez y Mario Montero. Ha sido una perdida muy grande para nuestra familia como para la familia del Espaillat. A continuación una carta de su Tio Frank a René:
René, recuerdo cuando naciste en los últimos años del gobierno de Balaguer, los famosos 12 años. Recuerdo que Quico, mi hermano te puso el apodo de “Lora” dizque por el supuesto parecido que tenias con el vicepresidente, Francisco Augusto Lora. Eras blanquito y gordito, el primer sobrino de la primera hermana. Recuerdo que le decías Mamá a mi mamá y Mami a tu madre Milagros. Luego Quico te puso otro apodo que fue, “Tatunga” pero nunca supe de donde venia ese apodo. Al Principio tu mamá te llamaba Randy. Desde niño siempre fuiste muy sentimental y al mismo tiempo muy alegre al igual que tu abuela, mi mamá. Papá, cuando hablaba de sus hijos siempre te contaba a ti como el mas pequeño de sus hijos y para ti el siempre fue tu papá.
René, la última vez que hablamos por teléfono fue para decirme que querías mudar a Papá del lugar donde el estaba enterrado para ponerlo junto a su mama y me aseguraste que te encargarías de ese asunto, porque ese era el deseo de Papá. Que pasó sobrino que te fuiste sin cumplir esas obligaciones de familia? Que pasó con el viaje que haríamos junto a Carlitos a Punta Cana? También me prometiste venir a Orlando con tu hija para llevarla a Disney, cual era tu prisa hermano?
Esa misma noche del sábado, estaba pensando en que tu irías a buscarme al aeropuerto para ir a la boda de tu hermano Andrés, porque tu siempre era quien me recogía en el aeropuerto cuando iba a Nueva York. Cuando fui a New Jersey en Agosto te llamé y tu voz tranquila como siempre, en una grabación me dijo que dejara el mensaje…después me enteré que estabas de viaje. Quince minutos después de pensar en que me recogerías en el aeropuerto, sonó el timbre de teléfono de la casa y no contesté pensando que seria algún vendedor, luego sonó el celular y era Milagros, tu mamá, para decirme que había una emergencia contigo y que ibas camino al hospital y que ella me llamaría inmediatamente supiera cual era tu problema. 5 minutos después sonó otra vez el teléfono y lo que escuché del otro lado fue una lluvia de llanto de tu madre, diciéndome que no pudiste salvarte. Que pasó René, por que nos dejaste sin ti, sin tu sonrisa, sin tu alegría.
Discúlpame René que no te llamé el día 3 de octubre, día de tu cumpleaños, pero si recordé ese día 3 que era tu cumpleaños, porque era el mismo día que tu mamá “Nené” cumplía años también. Me preocupaba mas por Andrés y Cesar, porque a ti siempre te vi mas resuelto y mas adulto y hasta mas responsable, pero el destino miserable nos engañó sobrino, nos hizo una trampa de esas que no se pueden remediar y te fuiste sin cumplir tu cita de irme a buscar al JFK. Te quiero mucho René y si no termino esta carta es por culpa de las lagrimas que ahora empañan mis ojos. Pero te quiero mucho sobrino y que Dios te bendiga. Tu Tío Frank
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