El fin de semana pasado tuve la satisfacción de encontrarme con los hermanos López: Rafael y Juan, mejor conocidos en el barrio como “Chichí” y “Juancito”.
Como el lunes era un día feriado correspondiente a la celebración del dia de los Presidentes, pues el fin de semana fue largo y oportuno para tomar una pequeña vacacioncita, aprovechándola para pasar tiempo con mis hijos y los López, con quienes había pasado mucho tiempo sin compartir.
Nos pasamos la noche entera del viernes y la madrugada del sábado hablando solamente de nuestros recuerdos de infancia; del tigueraje y los apodos del barrio; de las novias platónicas; las famosas “pelas” que nos propinaban, por ejemplo cuando íbamos a la famosa “posita”, balneario que queda a la orilla del Río Ozama .
Juancito contó muchas anécdotas, entre ellas la de una Pela que Inocencia, la hija de Mercedita, quien todos la conocen con el apodo de “Sensa” le habia propinado a Juancito cuando el a penas tenia 8 años.
Hablamos también de los apodos del barrio, que eran en su mayoría de la autoría de Juan López. Cualquier relación física o emocional del futuro apodado con algún personaje de la televisión o el cine era motivo inmediato para que Juancito le pegara un apodo que se le quedaba como un parcho para toda la vida.
Increíble para mí ver a Juancito López, casi igualito, como si los años nunca le pasaran por encima, mas bien le pasaron por abajo. Sigue con su mismo sentido del humor y su espíritu de buen amigo.
De Rafael puedo decir que tampoco ha cambiado mucho, simplemente un poco mas gordito, pero sigue siendo el mismo Chichí, de temperamento sobrio y su sonrisa peculiar que sierra los ojos cuando se ríe, parecido a su hermano Miguelo.
Mientras conversábamos rodeados de una noche fría, empezamos a calentarnos con un tremendo Sancocho de Habichuelas que hizo la compañera de Rafael, Ana. Esa comida estaba deliciosísima y la verdad es que nunca, que yo recuerde había comido un sancocho de habichuelas de ese calibre. Y Ana tenia que ser del Espaillat y, exactamente es del barrio y vivía en la calle “A” y la reconocí a los pocos segundos de verla por su marca en los ojos de La Familia Pacheco, una linda familia que muchos vecinos del barrio recuerdan.
El escenario de la bebedera estaba compuesto por “MAMAJUANA” Cervezas y un Tequila que estaba buenísimo, que fue por lo que decidí para después seguir con la cerveza. Y al otro día: Nada de resaca por el apoyo logístico del mentado Sancocho de Habichuelas.
Otros de mis deleites fue conocer a la Hija Mas Pequeña de Juancito y, no entiendo, como siendo Juan tan Feo pudo dar una niña tan linda (que Dios la bendiga), y lo irónico es que se parece a El, pero es posible que la belleza venga de la madre o la habuela Carmen.
Como el lunes era un día feriado correspondiente a la celebración del dia de los Presidentes, pues el fin de semana fue largo y oportuno para tomar una pequeña vacacioncita, aprovechándola para pasar tiempo con mis hijos y los López, con quienes había pasado mucho tiempo sin compartir.
Nos pasamos la noche entera del viernes y la madrugada del sábado hablando solamente de nuestros recuerdos de infancia; del tigueraje y los apodos del barrio; de las novias platónicas; las famosas “pelas” que nos propinaban, por ejemplo cuando íbamos a la famosa “posita”, balneario que queda a la orilla del Río Ozama .
Juancito contó muchas anécdotas, entre ellas la de una Pela que Inocencia, la hija de Mercedita, quien todos la conocen con el apodo de “Sensa” le habia propinado a Juancito cuando el a penas tenia 8 años.
Hablamos también de los apodos del barrio, que eran en su mayoría de la autoría de Juan López. Cualquier relación física o emocional del futuro apodado con algún personaje de la televisión o el cine era motivo inmediato para que Juancito le pegara un apodo que se le quedaba como un parcho para toda la vida.
Increíble para mí ver a Juancito López, casi igualito, como si los años nunca le pasaran por encima, mas bien le pasaron por abajo. Sigue con su mismo sentido del humor y su espíritu de buen amigo.
De Rafael puedo decir que tampoco ha cambiado mucho, simplemente un poco mas gordito, pero sigue siendo el mismo Chichí, de temperamento sobrio y su sonrisa peculiar que sierra los ojos cuando se ríe, parecido a su hermano Miguelo.
Mientras conversábamos rodeados de una noche fría, empezamos a calentarnos con un tremendo Sancocho de Habichuelas que hizo la compañera de Rafael, Ana. Esa comida estaba deliciosísima y la verdad es que nunca, que yo recuerde había comido un sancocho de habichuelas de ese calibre. Y Ana tenia que ser del Espaillat y, exactamente es del barrio y vivía en la calle “A” y la reconocí a los pocos segundos de verla por su marca en los ojos de La Familia Pacheco, una linda familia que muchos vecinos del barrio recuerdan.
El escenario de la bebedera estaba compuesto por “MAMAJUANA” Cervezas y un Tequila que estaba buenísimo, que fue por lo que decidí para después seguir con la cerveza. Y al otro día: Nada de resaca por el apoyo logístico del mentado Sancocho de Habichuelas.
Otros de mis deleites fue conocer a la Hija Mas Pequeña de Juancito y, no entiendo, como siendo Juan tan Feo pudo dar una niña tan linda (que Dios la bendiga), y lo irónico es que se parece a El, pero es posible que la belleza venga de la madre o la habuela Carmen.
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